Como el paraíso era la prueba de la libertad, la separación siempre es la prueba del amor. Y no es que se pruebe si la tengo o no, sino que si estoy preparada a esta relación; y si no, me va a absorbar, y si sí, llegará a ser mi parte y no me destruirá. Gracias a Dios por darme oportunidad de darme cuenta que sí, tengo bastante en mí como para hacer que el amor que tengo se convierta en la base de mi vida.